OPINIÓN: «Conservar los murales es mantener la identidad de Getafe»
Victoria Rosa Pérez, presidenta de la Asociación de Amigos del Museo de Getafe, y Pavel Mora León, hijo de Eva León Santos que aparece en el mural de la plaza de Abogados de Atocha, proponen que se vuelva a reponer después de las reparaciones en el edificio
GETAFE/ 14 MARZO 2022/. En 1998, siendo el concejal de Educación Alfonso Carmona, a propuesta de IU, se solicitó la urbanización de la calle Dolores Ibarruri y la plaza de los Abogados de Atocha de Getafe. Se encargaron varios murales al pintor Ángel Aragonés para embellecer un entorno urbano deteriorado con muchas traseras oscuras de edificios. Según palabras del artista refiriéndose a sus murales, en la mayoría de los casos las paredes hablan de la historia de esos lugares y se
introduce a personas que viven cerca como vinculo de relación con la obra y el lugar donde se ejecuta. En este caso, el mural se dedicó a mujeres célebres y Aragonés planteó pintar a una mujer de Getafe.
Aragonés empezó a colaborar con el Ayuntamiento para proyectar una ciudad más atractiva con el primer alcalde democrático Jesús Prieto. Contribuyó al diseño de la ciudad planeando espacios como el parque Lorenzo Azofra, murales y diversas esculturas como la dedicada a Palas Atenea ubicada en una rotonda de la avenida Ferrocarril. También dio clases de pintura
en la Casa de la Cultura. El pintor tiene 78 años y sigue en activo, actualmente está realizando un proyecto para la ciudad de Nueva York.
Victoria Rosa Pérez estaba en 1998 muy afectada por la pérdida de Eva León Santos y propuso pintarla en el mural. Según Victoria “al lado de mujeres notables también tienen que estar representadas mujeres anónimas que, aunque no hayan hecho grandes obras, han contribuido a mejorar la vida social y laboral”. Eva León militó en el PCE de forma clandestina durante la dictadura de Franco. Trabajó en el Ayuntamiento de Getafe en la Casa de la Cultura y en la Delegación de Educación. Eran compañeras de trabajo y coincidieron en revisiones médicas en el hospital, Victoria por su embarazo y Eva empezó a no encontrarse bien. Eva le dijo entonces: “ojalá estuviera yo embarazada como tú, porque no sé lo que tengo”. Un cáncer acabó con la vida de Eva en marzo de 1997.
El pasado 23 de febrero, Ángel Aragonés se reunió con la persona responsable de patrimonio municipal. Le informó que el mural iba a ser destruido porque los vecinos han solicitado arreglar la fachada debido a filtraciones de agua. Curiosamente, el mural está desconchado por muchos puntos, pero la figura de Eva permanece intacta. Aragonés propone que después de la restauración del edificio se instale una reproducción del mural en tela pegándola a la pared, que es una alternativa más barata y duradera que no afectaría al edificio.
Según Victoria Rosa, “desde la asociación de Amigos del Museo de Getafe vamos a lanzar esta idea al ayuntamiento para que se preserve el patrimonio. Pensamos que los murales dan identidad a Getafe y hay que preservarlos, no estamos de acuerdo con que sea considerados un arte efímero”. También contactarán con la asociación de artistas locales “La Carpa” y otras
asociaciones culturales para proponerles que apoyen la iniciativa de mantener los murales. Algunos de ellos han desaparecido como “La tienda de pájaros” por ejemplo, que se encontraba en el actual emplazamiento del jardín vertical en la calle Madrid. Otros se han deteriorado por vandalismo o por falta de mantenimiento. El que existe en la calle Sur, con una vista de Getafe desde el aire, se ha visto afectado por la instalación de un ascensor que afortunadamente se hizo consultando a Aragonés para integrarlo bien en la obra.
Pavel Mora León, que tenía 16 años cuando murió Eva, recuerda que se entregaron dos fotos de su madre al artista para hacer el retrato, una de cuerpo entero en la playa y otra de la cara, opina que está reproducida de forma fiel en la mitad de una escalera con el fondo de un cielo azul. Afirma que “es un orgullo ver a mi madre en el mural y me gustaría que fuera posible mantenerlo”. Cuando era joven presumía de ello con sus amigos y todavía sigue haciéndolo.
Aunque para algunos la belleza puede parecer un lujo innecesario, en realidad es una necesidad humana que depende al mismo tiempo del paisaje y del corazón de quien la observa. En una ciudad industrial como Getafe sería bueno seguir aprovechando cada fachada libre para crear entornos bellos que hagan la vida más agradable a sus habitantes. Y en esta
ocasión con más motivo, ya que mantener a Eva en ese mural es mantener viva la memoria de una mujer de Getafe.