CRÓNICA desde Río de Janeiro: Una getafense en los Juegos Olímpicos
Salomé Rodríguez, vecina de Los Molinos, narra en primera persona la trastienda de los Juegos Olímpicos bajo su punto de vista, el de una trabajadora
GETAFE/ 8 AGOSTO 2016/. Suena el teléfono, son las 8 de la mañana y ayer me iba la cama a las 4:00 am después de un día de esos de 16 horas de trabajo. Es Silvio Pozza, para preguntarme si puedo adelantar mi hora de entrar e irme a currar ya. Hoy es el día D, así que hay que revisarlo todo una vez más, nada puede fallar, “- ok, me doy una ducha, desayuno y voy para allá”. Tengo que tirar de antiojeras, el cansancio se nota. Danny Kim, mi compañero coreano, dice que los occidentales nos volvemos “pandas” cuando estamos cansados (tiene guasa el tío). Se ha decretado este día como festivo en la ciudad, hoy comienzan los Juegos Olímpicos de 2016. No soy consciente todavía del día que viene por delante.
Llevo trabajando en este proyecto desde hace 4 años, siempre desde Madrid/Barcelona, ahora estoy aquí en RIO, ya hace más de 1 mes, y para estrenarme a lo grande, me toca la sede de la Ceremonia de apertura, cierre y fútbol, el histórico estadio del Maracaná, por si no te gusta la presión…, pues 2 tazas.
Hoy hay una fila enorme para entrar, claro, olvidaba que MILES DE VOLUNTARIOS trabajarán para que no falte absolutamente de nada. Los controles de seguridad se han reforzado en los últimos días, hasta el punto que ya había control de acreditación a la salida del metro, y en la entrada al estadio: escaner, arco detector de metales, lector de código para la acreditación, y stiker especial para los que trabajamos durante la Ceremonia de apertura, todo ello ante la atenta mirada de la policía militar armada hasta los dientes y con el dedo posado en el gatillo, no sé si eso me da más tranquilidad o más miedo.
Nervios, carreras, alguna cosa que no funciona en el chequeo a 3 horas para las 20:00 h y a 1 hora de llegar la prensa. Hubiera sido más cómodo pegarme el teléfono a la oreja directamente, creo que el corazón se me va a salir por la boca. En este momento, me acuerdo que en mi barrio, en los Molinos, justo estará empezando la peli del cine de verano. Este viernes echan Brave y mi niña y mi chico estarán allí, y yo aquí corriendo de un lado para otro…
Alguien me señala una de las posiciones y me dice “los de tu país ya están aquí”, ¡ay madre! ¿Está todo bien? “-Por favor chicos, un último repaso, pasamos de nuevo por todas las posiciones y vemos que todo funciona” utilizando mi mejor “Portuñol”. Hacía mucho que no sudaba la camiseta así, y me digo: ¿Esto son las Olimpiadas no?
¡Arrancamos! Y todo bien, PERFECTO! Sulamita, la jefa, respira hondo y llora de emoción, “Ya está, está pasando me dice”, todo funciona sin problemas. GRANDES, EQUIPO ENORME, GRAN TRABAJO!
Llega el relax… Qué chulo ver todo funcionar, ahora si que digo eso de “me llena de orgullo y satisfacción”. Así que sin bajar la guardia, toca disfrutar del momento, bonita la ceremonía, sale España y Nadal en el Videowall ¡Oh que guapos! Se me cae hasta la lagrimilla, tengo que contenerme, no me puedo poner aquí a chillar y a aplaudir, si me tengo que quedar con algo… el estadio en pié aplaudiendo y jaleando a la delegación de refugiados, los pelos como escarpias.
De aquí me llevaré grandes cosas, sobre todo el espíritu Olímpico que se respira en cada rincón, la ilusión, la diversidad, y el compañerismo. Aquí encuentras personas de diferentes empresas, disciplinas y países, Brasil, España, Korea, Rusia, Rumania, Alemania, Inglaterra, USA, Australia, Japón, Malasia, etc… cada uno desde su cultura rompiendo sus propias barreras con un mismo objetivo. Me han sorprendido especialmente los VOLUNTARIOS, INCREÍBLE, que disposición y qué ganas. ADMIRABLE.
Mis compañeros, los que están en Maracaná y en remoto, GRACIAS, por los días de trabajo y por el día semanal de descanso, siempre con un plan que hacer para no estar solos, Obrigado RIO y BRASIL por acogernos tan bien, por cierto, no me ha picado ningún mosquito, ni los he visto (ahí lo dejo)
Quedan 15 días de competición por delante, lo más importante, y a pesar de esta maravillosa experiencia, estoy contando los días para volver a casa, allí, en mi barrio de los Molinos, en Getafe, y ver a mi familia, ellos son lo más grande, y no hay Olimpiada que lo supere, eso si, esto será sin duda,
INOLVIDABLE